Un día de primavera, todos los años, los neerlandeses alzan bien alto su bandera nacional y organizan una fiesta en donde el país luce prácticamente naranja, celebrando el Día de la Reina, el cumpleaños oficial de Su Majestad, la Reina. Fiestas callejeras masivas se abren paso en cada rincón de Ámsterdam y todas las esquinas de la ciudad se convierten en un mercado de pulgas al aire libre. Esta es la mejor época del año para visitar Ámsterdam y rendirse a la diversión. Si quieres saber más sobre esta celebración, sigue leyendo y te contamos todo.
Introducción al Día de la Reina
Hubo un tiempo en que los neerlandeses celebraban el cumpleaños de su monarca izando la bandera nacional, comiendo pastel de naranja o degustando un licor especial. Algunas personas, fervientes admiradores de la realeza, viajaban al Palacio Real en Soestdijk para poder ver a Su Majestad en vivo y en directo. En las escaleras del palacio, la Familia Real saludaba al interminable desfile de devotos apostados en los jardines como retribución a tal muestra de cariño. Pero esos días pasaron hace mucho tiempo. En las décadas recientes, las celebraciones del Día de la Reina han explotado en una orgía naranja de festivales y fiestas, que incluso comienzan antes de la fecha oficial y culminan un día después.
¿Qué se festeja en el Día de la Reina?
El Día de la Reina fue celebrado por primera vez un 30 de abril de 1949. En el festejo participaron desfiles militares, miles de personas y carreras de bicicletas.
El primer «Koninginnedag», que es el nombre de esta fiesta en su idioma original, tuvo lugar en el año 1980, cuando la reina Beatriz (actualmente, la princesa Beatriz) escogió el cumpleaños de su madre, la Reina Juliana, como el día de su asenso al trono. Además hizo saber que, en el futuro, el 30 de abril seguiría siendo la fecha del Koninginnedag, como un tributo de honor a su madre. Desde entonces, todos los 30 de abril se realizan celebraciones a lo largo y ancho del país para rendir tributo a la monarca.
¿Qué significa el Koninginnedag hoy?
Es conocida la crisis que afrontan las monarquías europeas en la actualidad debido al creciente desencanto de los ciudadanos que están replanteando la función de las casas reales en sus países. Holanda no es la excepción y desde hace varios años sus reyes han venido perdiendo la gran popularidad que gozaban en décadas pasadas. Sin embargo, el actual Rey Guillermo y su esposa Máxima cuentan con gran apoyo de su pueblo, mucho más que su predecesora.
Más allá del cariño que la monarca disfrute o no por parte de su pueblo, la realidad es que hoy en día, el Dia de la Reina perdura como el más festivo de Holanda, y a algunos neerlandeses parece importarles poco o nada el debate sobre el rol monárquico. ¿Será que este día se ha vaciado casi de contenido? ¿Realmente el 30 de abril es un día dedicado a la Reina Madre en el sentir de los holandeses? Aquellos de mayor edad así lo creen, pero para los jóvenes el Día de la Reina es un día en el que simplemente todos salen a la calle a divertirse.
En esta fecha, la misma reina visita uno o dos condado para ver con sus propios ojos a su nación sumida en un estado de alegría y felicidad. Últimamente, el espectáculo ha tenido un cierto reconocimiento de la comunidad mundial. Muchísimos extranjeros llegan al país para mezclarse en esta muestra colectiva de locura temporal y muchos concuerdan con que a eso han ido: simplemente a participar de la fiesta.

Los mercados de Pulgas del Día de la Reina
Durante el Día de la Reina, diversas bandas de música tocan en cada calle principal y la gente baila hasta bien entrada la noche. Otros cientos de neerlandeses se reúnen en los parques de la ciudad para hacer carreras de embolsados, reventando piñatas y divirtiéndose con todo tipo de juegos para pasar la tarde. Sin embargo, hay algo fuera de lo común en esta fiesta:: su Mercado de Pulgas.
No se sabe bien por qué, pero el Día de la Reina en Ámsterdam tiene un ingrediente particular: niños y adultos por igual ven la oportunidad de vender galletas caseras, prendas viejas, juguetes o cualquier otra parafernalia imaginable, convirtiendo cada esquina en un mercado de pulgas al aire libre.
Las ferias de pulgas, lejos de ser un elemento más de este día, se convirtieron con los años en una de las cosas más ansiadas a las que todo el mundo concurre inevitablemente. Difícil es no detenerse a contemplar los baúles cubiertos de ropa vieja o las lonas tendidas en el piso con cerámicos y otra enorme cantidad de artículos. Los precios bajos ayudan a que nadie se vaya sin su tesoro y a que todos puedan vaciar sus áticos para volverlos a llenar durante el año.
Consejos: Las mejores ofertas desaparecen rápido, por lo que si quieres conseguir los mejores chollos de estos mercados de pulgas, lo ideal es que los recorras tan temprano como puedas.
Para participar del mercado de Pulgas es común que los amigos se junten en la misma esquina a vender lo que para ellos es inservible. Pero el dinero recaudado no se ahorra: es destinado casi por entero a los excesos culinarios y, por supuesto, a las cantidades exorbitantes de alcohol que se consumen este día, sobre todo de cerveza.
Las mentes más pragmáticas de Ámsterdam juntan grandes cantidades de cerveza y vino barato, e intentan venderlos en la calle.
Debido a que muchos vendedores profesionales y conocidas marcas de bebidas alcohólicas se adueñan de los espacios más transitados y no dejan que estos vendedores improvisados hagan lo suyo, se han establecido regulaciones: no se puede vender ni alcohol ni comida sin licencia, pero el comercio en Vondelpark, uno de los puntos claves de la fiesta, queda libre para cualquier tipo de comercialización. .
La fiesta desde el agua del Koninginnedag
Una de las atracciones más interesantes del Día de la Reina son los botes privados que salen de los embarcaderos hacia los canales de Ámsterdam. Los botes son de todos los tipos y colores, viejos, ultra modernos y, sobre todo, naranjas. El bote más común es una pequeña lancha a motor que puede llegar a llevar a bordo cerca de veinte personas. Si te quedas un rato en la orilla de cualquier canal, probablemente te canses de escuchar comentarios del tipo «¡No puedo creer que eso flote!» o «¿Cómo &%*$ es que no chocan?».
Muchas de estas festivas embarcaciones llevan consigo un equipo de sonido que pasa música tecno-rave en un volumen bastante elevado. En la orilla se alcanza a oír el rugido de la música que sale de las fiestas privadas en bares y casas particulares. Está de más decir que todos los ritmos se mezclan y uno termina bailando al ritmo de la confusión. Sumado a esto, en diferentes puntos de la ciudad se arman escenarios especiales para que toquen las bandas locales, que reúnen un grupo considerable de personas a su alrededor, bailando frenéticamente.
Es increíble como tantas personas (cerca de 2 millones, entre locales y turistas) puedan convivir pacíficamente en el poco espacio que queda transitable. Sobre todo si agregamos que la mitad ha bebido en exceso y otro tanto baila sin parar. Por eso, los botes son una buena opción para recorrer la ciudad y poder contemplar la fiesta si quieren huir de la multitud; aunque claro, igualmente deberán controlar un poco sus movimientos para evitar la terrible posibilidad de que el barco se hunda.
Con todo esto, si vas a visitar la ciudad en estas fechas, intenta recorrer todo lo que puedas antes de la fiesta, ya que entre el 29 y el 30 de abril, no podrás caminar a más de 2 kilómetros por hora y los museos de Amsterdam y casas de cultura se encuentran cerrados al público.
Ámsterdam y el Día de la Reina
Ámsterdam es una ciudad limpia y con mucha oferta cultural, pero en la víspera de esta gran fiesta todo se transforma en apenas unos días para preparar los espectáculos callejeros y los espacios destinados al público y al descontrol.
La circulación de automóviles se restringe en muchas zonas, sobre todo las cercanas a los canales. Los bares anuncian espectáculos en vivo y descuentos en el precio de las bebidas. De los desvanes se sacude el polvo y se descubren nuevos objetos para vender este año. Los niños se desesperan ante la promesa de obras de teatro infantiles y juegos al aire libre. Todos llaman a sus amigos y establecen un punto de encuentro. La ciudad se transforma ante la mirada incrédula de los turistas, impacientes al ver los preparativos para el gran día, en el que todos madrugan para no volver a dormir hasta el 30 a la noche, cuando todo concluye y muchas personas quedan en un estado casi lamentable.
Toma unos días volver a la normalidad, será que los neerlandeses se toman las fiestas muy en serio para que todo sea a lo grande. Para aquellos turistas que esperan una fiesta tranquila y familiar, van obtener muy poco de eso y mucho de descontrol. Si vas a Ámsterdam a ver obras de arte, castillos y pasear sin apuro por los canales, ve quitándote esa idea de la cabeza, o elige otra fecha mejor para hacerlo. El Día de la Reina es la fiesta holandesa por excelencia y el único objetivo es la diversión.
La guía
- Fechas: El 30 de Abril en la ciudad de Ámsterdam, en Holanda. En general la fiesta ya comienza el 29 a la madrugada.
- Lugares: Ámsterdam, sobre todo la zona de los canales, bares y espacios públicos.
- Eventos con niños: Muchos eventos se realizan sin previo aviso y hay que estar atentos. Es común que este tipo de espectáculos se haga en parques un poco más alejados del tumulto.
- Movilidad: Se recomienda recorrer la ciudad a pie. Los automóviles tienen vedada la circulación y en bicicleta es casi imposible transitar por la muchedumbre.
- Entradas: El evento es totalmente gratuito.
- Oficinas de Turismo: Para más información puede dirigirse a la calle Stationsplein 10. Otra de las oficinas queda en Leidseplein 1. En la estación central y en el Aeropuerto Shiphol también hay centros de información al turista.