Dejando de lado los vestigios y monumentos que el imperio romano dejó esparcidos a lo largo y a lo ancho de toda la ciudad de Roma, otra de las características que definen a esta milenaria ciudad son sus fuentes. Una de estas fuentes es la Fuente de los Cuatro Ríos (en italiano, Fontana dei quattro fiumi), obra del Gian Lorenzo Bernini, el padre de la escultura barroza.
Si quieres conocer más sobre esta fuente, sigue leyendo y te contamos todo lo que debes saber para que, al visitarla, puedas comprenderla y admirarla en todo su esplendor.
Un poco de contexto: Roma y las fuentes
La historia de amor de Roma con las fuentes se remonta a la antigüedad. Si bien en la Roma barroca las fuentes se consideraban un reflejo de la generosidad asociada a las familias papales, la realidad es que estos manantiales de agua potable en plena ciudad eran ya habituales desde la existencia del imperio romano (no por nada se construían impresionantes acueductos por toda la geografía del imperio).
Dejando de lado al imperio romano, y centrándonos en la época en que se construyó la Fuente de los Cuatro Ríos (mediados del siglo XVII), podemos entender que, independientemente de lo simple o complejo que fuese su diseño, una fuente era realmente útil para la ciudad, ya que proporcionaba a los romanos entretenimiento y un suministro seguro y muy necesario de agua que se podía llevar fácilmente a casa.
Tarde o temprano, los papas entendieron que esta forma de arte era también una excelente manera de hacer relaciones públicas en favor de la iglesia, y explotaron el concepto en beneficio de su posición con la población local. En este escenario es cuando nace la Fuente de los Cuatro Ríos.
Historia de la Fuente de los Cuatro Ríos

La historia de la fuente comienza cuando el Papa Inocencio X encarga a Gian Lorenzo Bernini que esculpiera el que a la postre sería el mayor logro de Roma en este género, la Fuente de los Cuatro Ríos, ubicada en la actual Piazza Navona. Este lugar era importante desde tiempos inmemoriales, ya que era el sitio en que se emplazaba el antiguo estadio del emperador Domiciano y el palacio de la familia Pamphili.
Antes del encargo, el Papa había convocado un concurso en el que los principales artistas de la época debían presentar sus diseños. Dentro de esta convocatoria no se encontraba Bernini, ya que su popularidad estaba en horas bajas debido a su estrecha asociación con el anterior régimen papal, los Barberini. Por el contrario, el trabajo ya estaba prácticamente adjudicado al artista rival de Bernini, Francesco Borromini.
Pero Bernini no se iba a dar por vencido tan fácilmente, por lo que movió sus hilos hasta lograr que el Papa le diera a él el encargo de construir la Fuente de los Cuatro Ríos. Se cree que lo que hizo fue regalar una maqueta de un metro y medio de alto construida en plata a la cuñada del Papa, que era conocida por la influencia que ejercía sobre el propio Papa. Esta maqueta sería colocada en una habitación del palacio Pampili por la que el Papa tendría que pasar para que, al verla, no le quedara más opción que contratar a Bernini.
Análisis de la Fuente de los Cuatro Ríos
La Fuente de los Cuatro Ríos es, una vez más a lo largo de su carrera, un hito sin precedentes dentro del trabajo de Bernini. Quienes presenciaron el momento, describieron la inauguración del monumento como algo triunfal y teatral. Además, el asombro de la gente ante las figuras naturales y realistas es otra cosa que se repite entre quienes dejaron constancia de aquel momento.
Teatralidad
La Fuente de los Cuatro Ríos es el mejor ejemplo posible de la teatralidad barroca. Esto se debe a sus figuras sumamente dramáticas, evocadoras e individualizadas, al agua que brota dramáticamente y a una enorme cantidad de detalles escultóricos absolutamente impresionantes. Esta obra, que considerada casi como una obra de teatro circular, influyó de forma directa en el diseño de las fuentes italianas que se construyeron durante todo el siglo siguiente.

Características
La fuente está construida alrededor de un obelisco egipcio que había sido traído del Circo de Majencio, que se encontraba junto a la Vía Appia. Todo esto es coronado por una paloma, un símbolo tanto de la iglesia como de la familia Pamphili (la familia papal de la época). Las esculturas circundantes representan a los cuatro grandes ríos de los cuatro continentes conocidos de ese momento:
- El Ganges, en Asia: con la intención de representar la ignorancia espiritual de aquellas tierras, el dios que representa al Ganges aparta la mirada de la luz de la Iglesia.
- El Río de la Plata, en América: Como una representación de su entonces actual estado de conversión al catolicismo, la figura que representa a este río empieza a ver la luz de la iglesia.
- El Danubio, en Europa: La más «civilizada» y culta de las figuras, el Danubio mira y abraza la luz del señor.
- El Nilo, en África: Bernini representa al Nilo con la cabeza cubierta porque en ese momento se desconocía el origen del río. Simbólicamente, esto también se refiere a lo que el mundo católico vio como la oscura ignorancia del mundo «pagano»: la escultura no ha visto la luz del cristianismo.
Los dioses de mármol forman parte de una escena llena de flores y animales. Siete animales se colocan alrededor de la fuente e incluyen un caballo, un monstruo marino, una serpiente, un delfín, un cocodrilo, un león y un dragón.
Inauguración
Como casi todas las grandes obras de la humanidad, la construcción de la Fuente de los Cuatro Ríos no estuvo exenta de cierta polémica, ya que se cree que no fue bien recibida por el pueblo de Roma.
Por un lado, las quejas apuntaban a que el nuevo monumento estaba siendo pagado con dinero público durante la hambruna de 1646-1648, lo que generó ciertas críticas y quejas por parte de algunos escritores y ciudadanos de a pie.
Por otro lado, los que protestaban también eran los vendedores ambulantes del mercado de la plaza, ya que creían que la nueva obra restaría valor a la belleza de la plaza en sí.
La respuesta a ambas críticas fue actuar con mano firme: se apresó a quienes criticaban activamente la construcción de la fuente y se expulsó a los vendedores de la plaza.
Preguntas frecuentes sobre la Fuente de los Cuatro Ríos
La altura de la fuente es de 30 metros. De estos, 16 metros corresponden al obelisco.
El artista napolitano Gian Lorenzo Bernini, padre de la escultura barroca.
La fuente se encuentra en la Piazza Navona, que se ubica a pocos metros de la parada Rinascimento de autobús, por la que pasan las líneas Gian Lorenzo Bernini 30, 70, 81, 87, 492, 628, C3, n70, n201 y n913.