Si bien no es el país que imaginamos instantáneamente cuando pensamos en castillos, sí existe una gran cantidad de castillos en Suiza desde, al menos, el siglo IV. Desde iglesias fortificadas o palacios hasta casas señoriales o almenas medievales más tradicionales, podrás encontrar muchos castillos en Suiza, si sabes dónde buscar.
Para ponértelo fácil, en este artículo te presentamos una selección de castillos suizos para elegir, que cubren una amplia variedad de regiones, antigüedad, formas y estilos. Así que ya sabes, si estás pensando en visitar Suiza y quieres explorar uno o dos castillos durante tu viaje, sigue leyendo y descubre algunos de los mejores castillos en Suiza.
Castillo de Spiez
Comenzamos este listado con uno de los castillos más antiguos de Suiza.
Castle Spiez fue construido en 933, cuando gran parte del área occidental de la Suiza moderna estaba gobernada por Italia. La construcción del torreón original continuó durante los siguientes seis siglos, lo que ofrece una oportunidad única de ver una variedad de estilos arquitectónicos a lo largo y a lo ancho de todo el castillo.
Por poner algunos ejemplos, la antigua iglesia del castillo está construida en un claro estilo románico temprano, las salas de la corte se construyeron en estilo renacentista y para la adición sur, que se terminó en el siglo XVIII, se utilizó un elaborado estilo barroco.
Castillo de Gruyères

Al escuchar el nombre de la ciudad de Gruyères, la mayoría de la gente pensará inmediatamente en queso. Y si bien ese es uno de los principales atractivos, no es el único, ya que también cuenta con el hermoso castillo de Gruyères, uno de los hitos más importantes de la región. Este patrimonio suizo de importancia nacional fue construido a finales del siglo XIII y perteneció a los condes de Gruyères hasta mediados del siglo XVI.
El castillo fue construido en planta cuadrada, típico de las fortificaciones en la región de Saboya. Si bien la mayoría de los castillos y fortificaciones medievales tienen un aspecto imponente, hay algo particularmente encantador y pintoresco en el castillo de Gruyères. No son solo los alrededores escénicos los que pintan un cuadro de cuento de hadas alpino, sino que el castillo en sí tiene un encanto exquisito. Con sus torres, un hermoso patio interior y un pequeño pero hermoso jardín paisajístico, hay mucho por descubrir también en el interior.
Fortaleza de Munot

La Fortaleza Munot, ubicada en la ciudad de Schaffhausen, al norte de Suiza, es una fortificación circular del siglo XVI que se eleva sobre el paisaje circundante, lo que la convierte en el principal atractivo de la ciudad.
Esta elevación le dio al lugar una vistas panorámicas indescriptibles, que además de ser bonitas tenían una función y una ventaja fundamental: al poder ver el río Rin y el casco antiguo de la ciudad, permitía controlar el paso del río y detectar cualquier amenaza en la ciudad, como incendios, ataques, etc.
Al haber sido construida como una estructura defensiva y no como una residencia, la Fortaleza de Munot cuenta con la particularidad de que su estructura ha permanecido casi por completo en su forma original a lo largo del tiempo. Esto es así debido a que no sufrió las reconstrucciones y ampliaciones tan típicas de los castillos o palacios en los que sí vivía gente de la realeza.
La fortaleza está abierta a los visitantes, quienes pueden disfrutar de esta espectacular estructura tanto por dentro como por fuera.
Castillo de Aarburg

El castillo de Aarburg fue construido en el siglo XII alrededor de un castillo medieval preexistente y es un patrimonio suizo de importancia nacional.
Este es uno de los tantos castillos en Suiza que se asientan sobre una empinada colina rocosa, en este caso con unas impresionantes vistas a la ciudad de Aarburg y al río Aare.
El fuerte consta de una torre del homenaje, viviendas, una casa torre, una torre de escaleras, un bloque de celdas y varios edificios fuertemente fortificados, construidos completamente de piedra caliza. Los pisos inferiores están tallados directamente en la roca.
Castillo de Tarasp

Situado en la Alta Engadina alpina, el castillo de Tarasp, también patrimonio de Suiza, es un castillo medieval que data del siglo XI.
Este castillo no solo se eleva sobre el paisaje circundante, sino que también se eleva 1.499 metros sobre el nivel del mar. Hasta 1803, el castillo perteneció realmente a Austria.
El castillo se construyó gradualmente. Las primeras estructuras en el sitio fueron un muro circular y una capilla con campanario. Las palas (los edificios más prestigiosos del castillo) se construyeron más tarde, en el siglo XIII. Los muros de dos metros de espesor y toda la estructura se convirtieron en el principal punto focal del complejo. Después de eso, siguieron las adiciones de alas residenciales.
El castillo fue atacado varias veces alrededor de los siglos XVI y XVII. Debido a los inevitables incendios durante esos ataques, el castillo sufrió daños, pero estos fueron reparados rápidamente, especialmente en el ala residencial.
Castillo de Hallwyl

El castillo de Hallwyl es uno de los castillos en Suiza más emblemáticos y significativos.
Situado al norte del lago Hallwyl, se encuentra rodeado por un amplio foso que sirve de primera protección a sus imponentes muros de piedra.
Construido a finales del siglo XII para los Señores de Hallwyl, el cantón de Aargau es propietario del castillo desde 1994.
El castillo está abierto al público y es parte del Museo de Aargau. Puedes hacer una visita guiada para conocer la historia de la familia Hallwyl, así como el castillo en sí.
Castillo de Rapperswil

Rodeado por tres lados por el lago de Zúrich, uno de los lagos más bonitos de Suiza, el casco antiguo de Rapperswil y su castillo del siglo XIII desempeñaron una vez un papel vital en el control del paso de los barcos por el agua.
Con el tiempo, la torre del homenaje comenzó a empeorar su estado hasta que en 1870 fuera arrendada por un emigrante polaco, llamado Conde Wladyslaw Broel-Plater. El conde restauró el castillo y lo abrió como Museo Nacional Polaco.
La restauración fue todo un éxito, y hoy en día podrás recorrer el museo y descubrer que desde las salas estatales hasta las mazmorras, todas han sido restauradas a su gloria medieval original.
Castillo de Thun

El castillo de Thun es uno de los más reconocidos castillos de Suiza. No solo la estructura del castillo en sí es memorable, sino que los alrededores son tan perfectos que parecen salidos de un cuento de hadas.
Ubicado en la ciudad de Thun en el cantón de Berna, el castillo cuenta con vistas incomparables de la ciudad, el lago Thun y las montañas nevadas.
El castillo fue construido a finales del siglo XII, pero nunca se convirtió en la residencia de la familia Zähringen, que prefirió otra de sus propiedades para pasar sus días. Un par de décadas después de la construcción del castillo, la Casa de Kyburg heredó la propiedad y comenzó a realizar mejoras que incluyeron la construcción de los niveles superiores del complejo del castillo.
El principal punto focal del complejo del castillo es su torreón bien conservado. Esta parte del castillo está abierta al público, así como las cuatro torres de las esquinas que permiten a los visitantes disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad.
Castillos de Bellinzona

Esta es la parte donde este listado de castillos en Suiza pasa de 10 a 10+2, ya que los Castillos de Bellinzona son en realidad un grupo de tres castillos medievales, Castelgrande, Montebello y Sasso Corbaro. Todos están rodeados por murallas fortificadas y han sido reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Castelgrande domina la ciudad y el valle y está conectado directamente tanto con las fortificaciones de la ciudad como con Montebello.
Montebello, conocido localmente por apodos como el castillo pequeño, mediano o nuevo, se encuentra justo en el centro de la ciudad.
Sasso Corbaro es el más alto de los tres, ubicado en lo alto de una colina rocosa aislada al suroeste de los dos anteriores.
Los tres están abiertos para visitas y contienen una variedad de museos y exhibiciones históricas, por lo que es una experiencia que ofrece el triple de valor en comparación con cualquier otro lugar.
Castillo de Tourbillon

Extendidas a lo largo de la cresta de un pico rocoso que domina la ciudad de Sion, las ruinas del castillo de Tourbillon datan del siglo XIII. Construido durante una época en que la Iglesia Católica Romana dominaba la región sur, el castillo de Tourbillon sirvió como residencia del obispo de Sion. Aunque el castillo fue destruido por un incendio en 1788, una capilla del siglo XV adornada con frescos sobrevivió al incendio. La subida al castillo de Tourbillon es empinada, pero las impresionantes vistas que se ofrecen desde las almenas hacen que la caminata valga la pena.