La región de la Provenza francesa es uno de los lugares más bonitos y culturalmente atractivos del mundo. También es increíblemente diverso. Desde los ricos cañones rojos de las minas de ocre hasta el agua azul turquesa que corre por el desfiladero de Verdon, es espectacular desde cualquier punto de vista.
Pero uno de los mayores atractivos de la región son los bonitos pueblos de la Provenza francesa. Al visitarlos, descubrirás la auténtica belleza provenzal que ha inspirado a cientos de artistas durante décadas.
Si estás planeando un viaje por esta zona del sureste de Francia, sigue leyendo y te contamos cuáles son los diez pueblos de la Provenza francesa que no puedes perderte.
Roussillon
Oficialmente nombrado uno de los pueblos más bellos de Francia, Roussillon es uno de los pueblos de la Provenza que más fácil se gana un puesto en este listado.
Roussillon se presenta ante los ojos con una paleta de colores única que va del rojo oxidado al naranja apagado gracias a los ricos depósitos de ocre que se encuentran en la tierra que rodea el pueblo. Estas minas, que en su día supieron ser una fuente económica importante para la región, hoy aportan riqueza al área a través del turismo, atrayendo a cientos de turistas cada año.
La antigua mina de ocre cuenta hoy con un sendero que podrás recorrer casi sin esfuerzo. Es una experiencia absolutamente impresionante caminar a través de los profundos cañones y maravillarse con las formas grabadas en la tierra, primero por la industria y luego por la naturaleza, por lo que este paseo vale mucho la pena.
Ubicado en el extremo sur de Plateau de Vaucluse, Roussillon ofrece increíbles vistas sobre el valle de Luberon. Si subes por el campanario hasta la zona fortificada del pueblo podrás disfrutar de la panorámica más increíble de este bonito pueblo de la Provenza francesa.
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Oppède
Uno de los menos frecuentados, pero a su vez más bonitos pueblos de la Provenza francesa, es Oppède le Vieux. Maravillosamente conservado y con un aspecto auténtico, un paseo por este pueblo te llevará a hacer un viaje en el tiempo. Con solo dos restaurantes y solo un par de opciones en cuanto a alojamiento, no ha sido invadido (todavía) por los efectos del turismo.
Con su pequeño centro de la ciudad y su ubicación en la cima de una colina, el único estacionamiento para visitantes está a un corto y panorámico paseo a través de jardines en terrazas. A medida que te acercas, el pueblo aparecerá ante tus ojos. Las ruinas del castillo y la capilla de Notre-Dame d’Alidon del siglo XII recortan una llamativa silueta contra el accidentado paisaje.
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Goult
Puede que Goult no esté en condiciones de competir en igualdad contra otros pueblos más famosos de la zona del Luberon, pero sigue siendo uno de los mejores pueblos pequeños de la Provenza francesa para visitar, gracias a su ubicación bastante céntrica y su discreto atractivo.
El pueblo tiene una belleza genuina y como no está muy explotado turísticamente, tiene un aire auténtico que siempre es de agradecer si te gusta el turismo de pueblos. Aquí podrás pasear por el antiguo pueblo, un lugar virgen y tranquilo, pasando por casas de colores pastel y plazas arboladas.
Asegúrate de seguir las indicaciones para disfrutar de todos los lugares de interés clave, que te llevarán al Molino de Jerusalén reconstituido, donde podrás disfrutar de una vista increíble del valle. Desde el molino, sigue las señales azules por un camino rural hasta el «Conservatoire des Terrasses de Cultures de Goult», un lugar en el que podrás conocer las antiguas técnicas agrícolas de la región, que giraban en gran medida en torno a la siembra de cultivos en terrazas. Mientras paseas por el jardín de 5 hectáreas cuidadosamente conservado, te sentirás como si hubieras viajado en el tiempo.
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Gordes
Con sus calles empedradas y callejuelas estrechas que se mantienen como lo han hecho a lo largo de los siglos, Gordes se presenta como uno de los pueblos más bonitos y encantadores de la Provenza francesa.
Gracias a su ubicación en la ladera de una cima, Gordes se presenta como uno de los pueblos más fotografiados de la Provenza. Nombrado oficialmente como uno de los pueblos más bellos de Francia, es un pueblo icónico que no debe perderste si visitas el sureste de Francia.
Mientras visitas Gordes, es imprescindible visitar el castillo del siglo X que se encuentra en lo alto del pueblo. En su interior encontrarás el museo Pol Mara que alberga una selección de obras de este antiguo vecino de Gordes.
Cerca encontrarás dos de las atracciones más espectaculares de la región: la Abadía de Sénanque, que está rodeada de campos de lavanda en flor en los meses de verano, y la Village des bories, una aldea de viviendas de piedra realmente llamativas.
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Saignon
Otra joya escondida en la Proveza francesa es el pueblo de Saignon. Ubicado a tiro de piedra de la ciudad de Apt, Saignon disfruta de un ambiente más tranquilo en comparación. Rodeado de viñedos y campos de lavanda, la característica más llamativa es el enorme promontorio rocoso en el que aparentemente está construido Saignon.
Saignon es un pequeño pueblo con un toque artístico, en el que las fachadas rústicas se complementan con hiedra trepadora y contraventanas de colores.
En el centro de Saignon encontrarás la plaza más encantadora, que parece sacada de un plató de cine. Completa con una fuente adornada con una estatua, un árbol, un antiguo lavadero y un pequeño y pintoresco patio de bistró donde los aldeanos se reúnen para tomar un aperitivo, esta plaza es el lugar perfecto para sentarse a ver la vida pasar.
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Lacoste
El pueblo de Lacoste todavía se parece mucho a aquel en el que el escandaloso marqués de Sade supo vivir en el siglo XVIII. El castillo del marqués ahora es propiedad del diseñador Pierre Cardin, quien también causó algunos disturbios cuando compró el castillo, junto con otras 22 propiedades en el pueblo.
Pero no hay señales de tensión mientras paseas por las encantadoras calles de Lacoste, uno de los pueblos más hermosos de l aProvenza francesa. El Château de Lacoste (que no debe confundirse con el increíble viñedo Château La Coste), domina el pueblo. Estaba en ruinas cuando Cardin lo compró, y algunos muros del castillo quedaron en mal estado, creando un contraste irregular contra el cielo. La parte renovada está abierta al público en julio y agosto, y cada mes de julio el castillo alberga el Festival de Lacoste, un festival dedicado a la danza, el teatro y la ópera que suele presentar a jóvenes y futuros talentos.
Durante el resto del año, puede visitar el castillo solo con reserva previa, pero una opción popular es caminar por la parte trasera del castillo, donde varias esculturas contemporáneas enmarcan las vistas sobre el Luberon.
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Lourmarin
El encantador pueblo de Lourmarin también pertenece al exclusivo club de «Pueblos más bonitos de Francia». Es un poco diferente de la mayoría de los pueblos de esta zona debido a su ubicación llana, en lugar de encaramada en una cuesta o ladera.
Las calles estrechas están llenas de cafés donde puedes sentarte y tomar el sol mientras disfrutas los sonidos que hace la vida cotidiana en esta aldea de la Provenza. Con sus coloridos maceteros de flores y sus edificios cuidadosamente restaurados, es un placer pasear por ahí en el tiempo libre.
El Château de Lourmarin también es único en esta parte de la Provenza. La forma desordenada del castillo sugiere su pasado tumultuoso. Fue construido en tres etapas, que van desde el siglo XII al XVI, y todavía hoy se pueden ver evidencias de los diferentes estilos. Haga un recorrido por el castillo, haga un picnic en sus terrenos o asista a uno de los conciertos o exposiciones que tienen lugar durante los meses de verano.
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Bonnieux
Puede que no tenga el título oficial de los más bellos de Francia, pero Bonnieux es definitivamente uno de los pueblos más bonitos de la Provenza francesa. Desde las fachadas cubiertas de hiedra hasta la forma en que las casas caen en cascada por la ladera, es un pueblo sacado de un cuento de hadas.
El casco antiguo es pequeño y se explora mejor a pie. Sube la escalera de piedra para llegar a la iglesia del siglo XII que adorna el pueblo y podrás disfrutar de unas magníficas vistas de las montañas de Vaucluse, así como de los pueblos cercanos de Gordes y Roussillon.
Extendiéndose debajo de Bonnieux se encuentra el paisaje fértil que produce cultivos de aceitunas, uvas y lavanda. Cerca se encuentra Forêt des Cèdres, un bosque de cedros en el que encontrarás todo tipo de rutas para recorrer, independientemente del estado atlético del que presumas (o del que no presumas, claro :D).
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¡Descubre los pueblos más bonitos de la Provenza!Saint-Saturnin-lès-Apt
El encantador pueblo de Saint-Saturnin-lès-Apt se encuentra en el extremo norte del Parque Natural Regional de Luberon, y ligeramente alejado de la ruta turística principal de esta zona. Si aparte de bonitos, quieres conocer los pueblos de la Provenza francesa más auténticos, esta es una opción ganadora.
Comienza tu visita en el pequeño centro del pueblo, donde encontrarás calles estrechas enmarcadas por edificios revestidos de piedra con contraventanas de colores pastel. Hay poco comercio en este pueblo, y solo un par de agradables bistrós si deseas detenerte a tomar una copa.
Da un paseo para ver la capilla parroquial de Saint-Etienne y admira las fuentes, los balcones ornamentados, los arcos y las puertas a medida que avanzas. Pasea por la Place de l’Église a la izquierda de la capilla y encontrarás el comienzo de un camino desgastado por el tiempo que te llevará hasta las ruinas del castillo y la capilla del castillo. Explora las ruinas antes de cruzar la presa al otro lado. Allí podrás dar un agradable paseo por el bosque y, de regreso al pueblo, podrás visitar un molino de viento restaurado del siglo XVII.
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Ménerbes
Como uno de los pueblos mejor conservados de la Provenza francesa, Ménerbes se presenta como un ejemplo de pueblo que es hermoso para visitar, pero también para vivir. Las calles medievales están inundadas de una belleza agreste que se acentúa con el paisaje que las rodea. Nostradamus una vez describió a Ménerbes como el “navire dans l’océan des vignes” (un barco en el océano de vides), que es una descripción precisa de cómo el pueblo parece flotar sobre las copas de los árboles cuando te acercas desde el norte.
Ménerbes es un pueblo exquisito que atrae a veraneantes de todo el mundo en busca de un lujo discreto en sintonía con la naturaleza. Dada su ubicación, tiene una fuerte cultura del vino, como era de esperar. Su relación con el vino es tal, que cuenta con un Museo de sacacorchos que alberga más de 1.000 sacacorchos de todo el mundo. Lo sabemos, parece que estamos de coña, pero es verdad :D.
El museo, que es de propiedad privada, está ubicado a 2 km del pueblo en los terrenos del Domaine de la Citadelle, un encantador viñedo que está abierto para degustaciones y recorridos. Ménerbes es otro de los oficialmente reconocidos Pueblos más bonitos de Francia.
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Hasta aquí llegamos con este repaso por los diez pueblos de la Provenza francesa que vale la pena visitar. Por supuesto, este listado es subjetivo y seguro que crees que le falta o le sobra alguno. No es nuestra idea ser dogmáticos al respecto, solo te acercamos las que nosotros creemos las mejores opciones para que tu organices el viaje ideal para ti. Si te ayudamos aunque sea un poco en esa tarea, nuestro trabajo habrá valido la pena.
