Ubicado en un remoto paraje en el valle de Yerri, unos 10 km al norte de Estella, el monasterio de Iranzu (oficialmente el Monasterio de Santa María de Iranzu) se presenta como uno de esos tesoros ocultos que hay que visitar al menos una vez si se tiene la posibilidad.
Construido entre los siglos XII y XIV, el monasterio cuenta con un estilo elegante y austero que sirve de marco perfecto para el ambiente de paz y tranquilidad que se puede apreciar en todo el lugar. Fuera de sus fronteras podrás encontrar y disfrutar un hermoso entorno natural en el que realizar alguna caminata o ruta de senderismo, si lo deseas.
Si estás pensando en visitar el Monasterio de Iranzu, sigue leyendo y te contamos todo lo que debes saber sobre él.
Historia del Monasterio de Iranzu
El primer registro escrito que deja constancia de la existencia del monasterio se remonta al siglo XI, una época en la que los monjes benedictinos eran una parte fundamental de la fuerte tradición monástica existente. Fueron precisamente estos monjes quienes dejaron como testimonio de su paso por estas tierras, una pequeña iglesia que todavía se puede apreciar entre las ruinas del primitivo monasterio.
El monasterio que se puede ver hoy en día tiene su origen en una donación que el obispo de Pamplona D. Pedro de París hizo a su hermano. Esta donación no era otra cosa que la vieja iglesia de Iranzu, y la intención que perseguía era la de fundar allí un monasterio de su orden. Esta donación, sumada a las de otros nobles y monarcas, sirvió para extender los dominios del templo y edificar a su alrededor.
Para finales del siglo XII, los monjes cistercienses, conocidos como los monjes agricultores de Europa, se establecieron en lo que hoy es el Monasterio de Iranzu. A partir de ese momento, Iranzu iría sumando más y más propiedades, como tierras de cultivo, pastos, iglesias parroquiales e incluso pueblos enteros a lo largo y a lo ancho de toda la península.
La historia de los monjes cistercienses en el Monasterio de Iranzu llegó a su fin en 1839, cuando el monasterio pasó a ser propiedad del Estado. Desde 1945 los Padres Teatinos son los encargados de custodiar y abrir las puertas de sus estancias para mostrar esta maravilla arquitectónica.
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La leyenda del Monasterio
Como todo lugar histórico, el Monasterio de Iranzu cuenta con su propia leyenda. Según la misma, allá por el siglo XIV vivía en el monasterio un monje ermitaño llamado Dulanz cuyo comportamiento era llamativo: de vez en cuando desaparecía por largas temporadas para, según él, cumplir su misión.
Durante un invierno particularmente frío el monje hizo lo que solía hacer: cruzó de Navarra a Francia a través del barranco de Irantzu caminando bajo un temporal frío como pocos.
Pasaron los días y las semanas y el monje seguía sin aparecer. Finalmente fue un arriero quien, al llegar con sus mulas hasta la cima más alta de Urbasa se encontró, al lado de una ermita que allí había, el cuerpo congelado del monje. La historia sería trágica si no fuese porque la cara de Dulanz reflejaba una paz infinita. Desde el primer momento se comprendió que esta paz estaba relacionada precisamente con la misión que ermitaño afirmaba tener: retirarse a aquel lugar para orar en recogimiento y soledad.
Qué ver en el Monasterio de Iranzu
Alejado del estilo románico que se puede encontrar en otros templos y monasterios de la época, las partes originales del Monasterio de Iranzu cuentan con un estilo arquitectónico que combina aspectos de un románico tardío con los inicios del gótico. De su época medieval se conservan la iglesia, el claustro, la sala capitular y la cocina, además del pequeño templo que se construyó primero para garantizar el culto mientras se construía la gran iglesia definitiva.
A continuación repasamos algunas de las principales cosas que ver en el Monasterio de Iranzu.
Fachada de la iglesia
De gran sobriedad, los únicos adornos de la fachada principal son los que se pueden encontrar en los arcos de medio punto abocinados de la portada de acceso. Un óculo y unos finos vanos laterales tienen por función la de iluminar la nave central de la iglesia.
Claustro
Quizás una de las partes más eclécticas de todo el complejo. Esto se debe a que sufrió diversas reconstrucciones, mejoras y refacciones a lo largo de los siglos XII a XIV, combinando así el estilo puramente cisterciense con un estilo gótico.
Lavatorio
Si bien tiene el estilo gótico característico de buena parte de la arquitectura del Monasterio de Iranzu, la realidad es que casi la totalidad del lavatorio fue reconstruido durante la restauración de 1942.
Sala Capitular
Construida hacia finales del siglo XII, la sala capitular presenta una cubierta de crucería apoyada en dos columnas centrales, con una portada de medio punto entre ventanas abocinadas.
Cocina
Original del siglo XIII, en la cocina destaca una chimenea central soportada por cuatro arcos apuntados y unas bóvedas de crucería con claves decoradas que se apoyan en ménsulas de modillones y capiteles con decoración geométrica y vegetal. Al exterior presenta muros de sillería reforzados por contrafuertes, emergiendo del conjunto la chimenea.
Iglesia
La iglesia cuenta con tres naves con crucero y triple cabecera recta, que se separan por unos arcos apuntados que descansan sobre robustos pilares. La decoración, basada en temas vegetales muy esquemáticos, es escasa y se limita a unos capiteles y ménsulas del interior.
El interior cuenta con una buena cantidad de ventanas, que permiten que la luz se concentre en el presbiterio gracias a un triple ventanal y un rosetón central. El exterior está construido con sillería reforzada con contrafuertes.
Sacristía
De planta rectangular y estilo manierista, la sacristía fue construida en torno a la primera mitad del siglo XVII.
Refectorio
Una puerta gótica permite el acceso a este espacio que, aunque es de origen medieval, fue profundamente reformado durante el siglo XVII.
Sala de castigo
Esta estancia consiste en una nave rectangular de amplias dimensiones que se construyó en la misma época que la iglesia y que conserva aún hoy sus arcos fajones.
Información para visitar el Monasterio de Iranzu
¿Cómo llegar al Monasterio de Iranzu?
Para llegar al monasterio deberás circular por la carretera NA-111 (en dirección Estela-Etxarri Aranaz) y, en el km 8, coger una pequeña carretera que sale a mano izquierda. Tras recorrer unos 4 km por esa carretera habrás llegado al monasterio.
Visitar el Monasterio de Iranzu
El Monasterio se puede visitar libremente o a través de algunas de las visitas guiadas que allí se organizan. Si te decantas por esta última opción, es recomendable realizar una reserva poniéndote en contacto de forma teléfonica.
Más información
- Teléfono: (+34) 948520047 / (+34) 948520012.
- Horario: lunes a domingo, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00.
**Misas: domingos y festivos, a las 17:00. - Precio entrada: el precio de la entrada para el Monasterio de Iranzu es de 2,50 €. Existen descuentos especiales para ciertos grupos y colectivos (estudiantes, jubilados, etc.).
- Visita guiada: a través de la visita guiada podrás conocer la cocina, el refectorio, la sala de castigos, la casa abacial, las celdas de castigo, la sala capitular y la iglesia de Santa María. El precio de la visita guiada es de 3€.
Hasta aquí llegamos con este repaso por todo lo que debes saber antes de visitar el Monasterio de Iranzu. Esperamos que este artículo te haya gustado y te sirva para planear una visita a esta joya oculta. Si te sirvió, no dejes de compartirlo y así ayudar a otros viajeros a preparar su visita también.
¿Has visitado ya el monasterio? ¿Qué te ha parecido? Deja un comentario aquí abajo y cuéntanos tu experiencia.
