Dominando desde lo alto todo aquello que lo rodea, el Castillo de Trujillo se presenta como uno de los grandes atractivos que esta pequeña localidad cacereña tiene para ofrecer a quienes la visitan. De origen musulmán, como la enorme mayoría de los castillos de la mitad sur de la península, este castillo es una atracción imprescindible si decides visitar Trujillo.
Si estás preparando una visita al Castillo de Trujillo sigue leyendo y te contamos todo lo que debes saber sobre él.
Historia del Castillo de Trujillo
El Castillo de Trujillo tiene su origen en una de las construcciones defensivas más típicas de la cultura árabe: la alcazaba. Una alcazaba no era otra cosa que un recinto fortificado que servía tanto de vivienda para un gobernante determinado como de bastión de defensa de las tierras en que se encontraba.
La alcazaba árabe que sirvió de base para el Castillo de Trujillo fue construida entre los siglos X y XI, mientras que el castillo en sí es del siglo XIII. El lugar en que se construyó, en lo alto de la colina que domina el pueblo, es inmejorable desde el punto de vista defensivo, ya que te permitiría ver acercarse a los enemigos desde largas distancias.
Durante los primeros cinco o seis siglos de historia la alcazaba mantuvo su fisonomía original, aunque con el tiempo se le irían haciendo diversos arreglos y agregados (como una serie de torres defensivas, por ejemplo) dando como resultado algo bastante parecido a lo que se puede intuir hoy en día (que no ver, ya que lo que queda en pie no basta para ofrecer una imagen completa de lo que supo ser).
Contrario a lo que sucede con otras construcciones famosas de origen árabe, el interior del Castillo de Trujillo no era muy ornamentado y recargado, sino más bien muy simple, ya que no contaba más que con un patio de armas y un aljibe que permitiese el acceso al agua. A mayores, la Torre del Homenaje que se le agregó siglos después supo albergar una pequeña capilla en honor a la Virgen de la Victoria, patrona de Trujillo.
Qué ver en el Castillo de Trujillo
Como comentábamos, el tiempo hizo mella en la estructura del castillo, por lo que no existe ninguna dependencia antigua que resulte especialmente destacable, aunque sí hay ciertos espacios que vale la pena comentar.
Las murallas
Sin lugar a dudas, el punto más destacable de una visita al Castillo de Trujillo. Las murallas no solo se encuentran en un inmejorable estado de conservación, sino que es posible recorrerlas y caminar por arriba, disfrutando así de unas vistas imponentes de todo el entorno.
Construidas en sillería y argamasa, las murallas del castillo son sin dudas el principal atractivo del lugar.
Las torres
Las torres no son originales de la alcazaba árabe, sino que fueron añadidas con el tiempo, dando así a todo el conjunto un aspecto mucho más inexpugnable. En total son diez y siete, aunque son las dos torres principales las más importantes, ya que entre las dos se encuentra la entrada del castillo, en la parte baja, y la capilla dedicada a la patrona del municipio, en la parte alta.
La capilla
La capilla en honor a la Virgen de la Victoria se construyó, obviamente, una vez que el castillo pasó a manos cristianas. Está dedicada a esta Virgen ya que la tradición cuenta que la misma se apareció sobre Trujillo para ayudar a los cristianos en su guerra contra los moros, ganándose así el cariño y el reconocimiento de los locales.
Hoy en día verás que la imagen de la Virgen está de espaldas a la capilla. Esto es así porque cuenta con un mecanismo que la hace girar y ponerse de frente a los visitantes, previo pago de una limosna. Una vez hecho el giro se quedará en esa posición alrededor de diez minutos, para luego volver a su posición original.
Patio de Armas y Albacar
El Castillo de Trujillo está dividido en dos partes bien diferenciadas, el Patrio de Armas por un lado y la Albacar por el otro.
El Patio de Armas, de origen islámico, es la parte más antigua del castillo. Consiste en un recinto cuadrado con torres prismáticas, una puerta de arco de herradura, dos aljibes y el acceso a la capilla de la Virgen de la Victoria.
La Albacar, también llamada Albacara, es posterior al Patio de Armas, ya que su construcción tuvo lugar entre los siglos XIII y XIV. De forma poligonal, en ella podrás encontrar una ermita del siglo XVI dedicada a San Pablo.
Aljibes
En el Patio de Armas se encuentran dos aljibes de origen islámico. Uno de ellos se aprovechó para colocar un baño público, pero el otro se puede visitar y conocer su estado original: atravesando un pequeño puente que se sostiene por encima del nivel del agua, podrás descubrir la estancia abovedada con arcos de cañón que le da forma.
Información importante para visitar el castillo
Horario de visita del Castillo de Trujillo
- Del 1 de octubre al 1 de mayo, de lunes a domingo de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00.
- Del 1 de abril al 30 de septiembre, de lunes a domingo de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.
Precio de las entradas al Castillo de Trujillo
El precio de la entrada para el castillo es de solo 1,30€, un precio irrisorio si tenemos en cuenta que estamos visitando un sitio con más de mil años de antigüedad. Si este no fuese suficiente aliciente para pagar tan nimio precio, vale la pena recordar que este tipo de ingresos se suelen utilizar para el mantenimiento, reparación y/o reconstrucción del lugar.
Hasta aquí llegamos con este artículo dedicado al Castillo de Trujillo, uno de esos sitios cargados de historia que no tienen toda la fama que deberían tener. Esperamos que esta mini guía te haya gustado y te sirva para preparar y planificar tu próxima visita a este emblema trujillano. Si te fue de utilidad, compártelo con otros viajeros y ayúdalos también a preparar su visita.
¿Has estado alguna vez en el Castillo de Trujillo? ¿Qué te ha parecido? ¿Crees que vale la pena visitarlo? Nosotros sí, pero queremos conocer tu experiencia. Deja un comentario aquí abajo y cuéntanos todo!
