Con sus paisajes espectaculares, ruinas cargadas de historia, una belleza costera salvaje y una riqueza cultural abrumadora, Escocia ofrece tantas posibilidades tentadoras que puede resultar difícil elegir. ¿Las buenas noticias? Con tanto para ofrecer, no hay posibilidades de que los más peques se aburran, lo que hace que viajar a Escocia con niños no sea para nada una tarea imposible.
Para lograrlo, la principal sugerencia de itinerario para quienes visitan por primera vez este país combina unos días de inmersión en el pasado antiguo de Edimburgo y el bullicio actual de la ciudad, con una escapada a las tierras altas rurales (las famosas Highlands escocesas) para descubrir y saborear la vida en el campo y contemplar algunos de los paisajes más impresionantes del planeta.
La lista de ideas para vacaciones familiares en Escocia es tan amplia como las hermosas vistas que ofrecen sus paisajes.
Edimburgo
Si tienes tiempo para una sola atracción de Edimburgo, escoge la principal, el Castillo de Edimburgo. Ubicado en la cima de una colina, este gigante preside la ciudad con toda la magnificencia de sus más de 1000 años de historia. A todos los niñ@s les gusta imaginarse como un caballero o una princesa en un gran castillo y, a decir verdad, si nos dieran una armadura nosotros también nos pondríamos a revolear una espada matando dragones imaginarios.
Puedes tomarte todo el tiempo que desees para explorar el castillo y sus museos, pero debes dedicarle como mínimo una hora y media o dos para conseguir una visión completa del lugar.
Trata de estar presente en el momento del One O’Clock Gun, un disparo que se ha estado haciendo todos los días (excepto los domingos, el día de Navidad y el Viernes Santo) desde 1861.
Luego, haz una parada en Camera Obscura and World of Illusions, un parque de diversiones del siglo XIX justo al lado del castillo que está llena de laberintos, ilusiones ópticas, holografías y otras atracciones interactivas. Su homónimo y obra maestra es una cámara oscura anticuada a través de la cual puedes mirar las calles de abajo.
Otra opción que hace posible viajar a Escocia con niños en Edimburgo es el Museo de la Infancia, un desvío rápido pero divertido y gratuito en la Royal Mile que destaca la evolución de los juguetes a lo largo de los años.
Si tus niños se ven capaces de realizar una visita a algún museo que no sea pensado para ellos, visita el Museo Nacional de Escocia. La colección es amplia y ecléctica, pero los excelentes programas para niños y las interesantes actividades interactivas ayudan a los más peques a aprovecharla al máximo.
Y si alguien en la familia es fanático de Harry Potter, sin dudas los que te proponemos aquí son planes ideales.
Balloch
Otra idea para viajar a Escocia con niños y no enloquecer en el intento es hacer base en el pueblo de Balloch, que se encuentra a una hora y media de Edimburgo, para explorar toda la zona de Loch Lomond y el Parque Nacional de los Trossachs.
Hay muchos senderos dentro del Parque Nacional de los Trossachs, como por ejemplo la ruta circular, que rodea el perímetro del Balloch Castle Country Park haciendo una caminata lenta que pasa por el castillo y regresa a la ciudad.
Otra opción dentro del Parque Nacional es animarse a la tirolina (atracción permitida para niños de 7 años en adelante) o andar en kayak por el lago desde Portnellan Organic Farm, una granja en funcionamiento que cría rebaños de ganado.
Inverness y las Tierras Altas de Escocia
Si hablamos de viajar a Escocia con niños no pueden faltar las leyendas y la aventura. A unas horas en coche al oeste de Edimburgo se encuentra Inverness, una importante ciudad de las Tierras Altas de Escocia, que es una base conveniente para uno de los lugares emblemáticos de esta región: el lago Ness.
Una buena idea es dar un paseo en barco por las aguas y estar atento al legendario monstruo del lago Ness. Aunque los padres pueden o no creer en la tradición de Nessie, los niños disfrutarán buscando con el monitor de radar que rastrea las profundidades del agua. Y el entorno, con vistas al castillo de Urquhart, es algo increíble para todos.
Para disfrutar de una visión totalmente única en las Highlands, además de un tiempo memorable en familia, puedes reservar una lección en Scottish Highland Art, en lo profundo del campo, a unos 30 minutos de Inverness.
La artista Ros Rowell da la bienvenida a los invitados a su acogedor estudio y hace un trabajo fantástico instruyendo a las familias en diferentes técnicas de pintura, asegurándose de que creen piezas que estarán orgullosas de lucir en casa.
El itinerario clásico escocés incluye un viaje a la Isla de Skye o a las Islas Hébridas, cosa absolutamente factible desde Inverness.
Pero para una excursión costera menos convencional, podéis ir hacia el norte, hasta Spey Bay, para observar delfines y pasear por la bonita playa de la bahía.
El Scottish Dolphin Center cuenta con un equipo de naturalistas que pueden ayudarte a detectar y encontrar criaturas marinas, además de un pequeño centro educativo. En el camino de regreso, podéis hacer una parada en el castillo de Dunrobin.
No es tan espectacular como los castillos de Stirling y Eilean Donan, pero vale la pena recorrer sus habitaciones y jardines, y su pequeño museo muestra una colección de taxidermia y piedras celtas bastante interesante (aunque, no lo neguemos, probablemente no lo sea para tus peques).
Hasta aquí llegamos con nuestro repaso a algunas de las mejores actividades que puedes hacer si decides viajar a Escocia con niños. Como habrás podido observar, no es imposible hacerlo, ya que el país cuenta con una enorme cantidad de atractivo que no solo gustan a los adultos sino que también puede tener su encanto para los más peques.
Esperamos que este artículo te haya servido para planificar tu futuro viaje a Escocia. Si así fue, no dejes de comentar y compartirlo!