Durante algo más de siete siglos, entre principios del siglo III a.C. y el siglo V d.C. la civilización romana dominó Hispania, que es la forma en que llamaban a lo que hoy conocemos como Península Ibérica. Durante este periodo de conquista y expansión, los romanos fueron construyendo todo tipo de colosales obras de arquitectura e ingeniería que han llegado hasta nuestros días como testigos de la imponencia de aquella civilización. Hoy repasaremos algunos de los monumentos romanos en España, con los que recordaremos la magnitud que la civilización romana adquirió en su apogeo, y el legado que dejaron desde entonces.
Acueducto de Segovia
Pocos monumentos romanos en España son tan significativos como el Acueducto de Segovia. Esto no es así solo por el inmejorable estado de conservación (¡pero si tiene casi 2.000 años y está como nuevo!) sino por la propia magnitud de una obra de ingeniería de este calibre, probablemente la más importante de toda la Hispania romana.
El Acueducto de Segovia fue construido en el siglo II d.C., en la época de mayor esplendor del imperio romano en toda su historia, con el emperador Trajano a la cabeza. En ese entonces, el imperio se expandía por prácticamente toda Europa y más allá, alcanzando incluso el norte de África. Este poderío se representaba en obras tan imponentes como este acueducto, que proveía a la ciudad de agua potable traída desde el manantial de Fuenfría.
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Para lograrlo, el acueducto recorría casi 16 km. La pendiente está perfectamente calculada para que el agua tuviera la suficiente velocidad como para no estancarse, pero no tanta como para que desgastara la roca. En el medio contaba con una torre que decantaba y desarenaba el agua para que llegara a la ciudad tan pura como fuese posible.
Desde 1982 el Acueducto de Segovia y el centro de la ciudad están considerados Patrimonio Mundial por la UNESCO
Si viajas a Segovia es imposible no verlo, ya que su inmensos arcos atraviesan el corazón de la ciudad, en la Plaza del Azoguejo. Con casi 30 metros de altura y 167 arcos en total, el Acueducto de Segovia es, sin dudas, uno de los monumentos romanos en España que todo el mundo debería ver al menos una vez en la vida.
Itálica, Sevilla
Itálica, ubicada a unos 10 km al noroeste de la ciudad de Sevilla, tiene el honor de ser la primera gran ciudad romana fundada en terrenos de lo que hoy es España (además de ser la primera fundada fuera del actual territorio italiano).
La fundación de esta ciudad se remonta al siglo III d.C., cuando Escipión mandó construirla tras derrotar a los cartagineses. En ella había baños romanos, un acueducto y hasta un anfiteatro capaz de albergar hasta 25.000 personas. Todas estas cosas existen aún hoy, con un mejor o peor estado de conservación, por lo que una visita a Itálica se sentirá como un viaje en el tiempo.
Ahora bien, si bien todas estas cosas son verdaderamente impresionantes, lo que destaca a las ruinas de Itálica de entre todas las otras ruinas romanas que pueda haber en España son sus mosaicos. Estos mosaicos, que llegan hasta nuestros días en un inmejorable estado de conservación, se utilizaban como decoración en las casas de las familias más ricas y poderosas. Los que puedes ver en la casa del planetario seguro te dejarán sin palabras.
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Muralla de Lugo
Capital de la provincia homónima, la ciudad de Lugo, en Galicia, cuenta con una muralla romana absolutamente incomparable. Tanto es así, que es la única ciudad de toda Europa que aún hoy se encuentra totalmente rodeada por una muralla romana.
La muralla cuenta con una longitud total de más de 2 kilómetros, que recorre alrededor del casco histórico de la ciudad. Con un total de 85 torres en su trazado, la muralla de Lugo es, sin duda, uno de los grandes monumentos romanos en España.
Contrario a lo que sucede con muchas otras ruinas romanas, la muralla de Lugo no solo se puede tocar, sino que se puede vivir: hoy en día miles de lucences y turistas caminan sobre la muralla para recorrer su perímetro, ya que la ciudad ha sabido incluirla dentro de su trazado urbano, dándole la importancia cultural e histórica que merece. Desde el año 2000, la muralla de Lugo también es Patrimonio Mundial por la UNESCO.
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Teatro de Mérida
Pocos puntos de la península cuentan con una concentración tan grande de monumentos romanos como Extremadura, antigua provincia de Lusitania. Mérida, fundada originalmente como Augusta Emerita, es un claro ejemplo de esto, conservando aún hoy buena parte de su esencia romana.
De todo lo que los romanos dejaron en esta región, es sin dudas el Teatro de Mérida lo que no te puedes perder: con una capacidad para más de 3.000 personas, este teatro sigue cumpliendo su función hoy en día, ya que en él se suelen celebrar diversos conciertos a lo largo del año. El Templo de Diana, que en la antigüedad estuvo dedicada al culto a la diosa romana de la caza, es otra parada obligada cuando visitas Mérida.
Ahora bien, Mérida tiene mucho más para ofrecer aparte de su teatro y el Templo de Diana: el Arco de Trajano, el anfiteatro y una gran cantidad de mosaicos son solo algunas de las cosas que hacen de una visita a esta ciudad un verdadero recorrido por la historia del Imperio Romano.
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Conjunto Arqueológico Baelo Claudia
Precio: 48€
Duración: 11 hs
Idiomas:
Baelo Claudia es la demostración de que los romanos no solo eran buenos ingenieros, sino que además tenían un gran sentido de la estética. Quienes sean que hayan llegado hasta estas costas deben haberse enamorado tanto de la hermosa playa de Bolonia que no les quedó más opción que fundar esta ciudad con vistas al Atlántico.
En esta ciudad-monumento romano en España todavía podrás ver la antigua basílica, presidida por una estatua del emperador Trajano. La ciudad fue realmente importante en su época, ya que era un punto estratégico para el comercio con el norte de África. Además, aquí se producía de forma casi industrial la salazón de pescado y el “garum”, una salsa muy famosa en aquella época que se elaboraba con tripas de pescado fermentadas.
Anfiteatro de Tarragona
Si antes decíamos que Extremadura es uno de los puntos de la península en el que más monumentos romanos podías encontrar de toda España, Tarragona, fundada originalmente como Tarraco, está en condiciones de competir por ese honor.
Como capital de la provincia romana de Tarraconensis, Tarraco supo ser una de las ciudades más importantes del Imperio Romano. De la gran cantidad de vestigios romanos que podrás encontrar en la ciudad, el anfiteatro, que data de la época de Augusto, es el más destacable.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este anfiteatro de 109,5 por 86,5 metros y capacidad para 14.000 supo albergar en su interior luchas de gladiadores con fieras, así como ejecuciones públicas.
Pero los monumentos romanos de Tarragona no acaban con el anfiteatro: las ruinas del circo, el foro, las murallas o el teatro, son solo algunos de los otros atractivos que reflejan el pasado romano de la ciudad.
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Teatro Romano de Cartagena
La actual ciudad de Cartagena, conocida en época romana como Cartago Novo, formaba parte de la famosa Vía Augusta, que no era otra cosa que una red de carreteras a través de la cual se comunicaban y transportaban personas y mercancías a lo largo de más de 1.500 kilómetros, desde los Pirineos hasta Cádiz.
Ahora bien, para finales de la década de 1980 la relevancia que Cartago Novo había tenido dentro del imperio se intuía importante, pero no existían grandes restos arqueológicos que sirvieran para confirmar esta tesis. Todo eso cambió cuando, en 1988, se descubrieron accidentalmente los restos del Teatro Romano, uno de los monumentos romanos en España más impresionantes.
Con capacidad para 7.000 personas y con más de 2000 años de historia, este teatro es una visita imprescindible para cualquier apasionad@ de la historia del Imperio Romano.
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Teatro Romano de Málaga
Al igual que muchas otras ciudades de la península, Málaga también cuenta con un teatro romano que, si bien no es tan impresionante como los de Mérida o Tarragona, bien vale la pena una visita.
Fundado en el siglo I a.C. y redescubierto en 1951, la ubicación de este edificio, justo en el centro de la ciudad, se presenta inmejorable para todo aquel que visite Málaga y quiera descubrir una parte de su pasado romano.
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Templo de Augusto en Barcelona
Vamos a ser sinceros: estas no son las mejores ruinas romanas que puedes encontrar en España, pero considerando que Barcelona es una de las ciudades más populares, incluimos el templo de Augusto en este listado por si estás en la Ciudad Condal y quieres sacarte el bichito de ver alguna ruina romana (sin tener que ir a Tarragona para ello).
Seamos claro, el templo de Augusto debía ser imponente, pero el paso del tiempo lo destruyó casi en su totalidad, por lo que hoy en día solo quedan cuatro inmensas columnas como testigos de aquel pasado glorioso.
El Templo de Augusto se encuentra en el corazón del Barrio Gótico de Barcelona. Su finalidad era la de honrar a César Augusto, primer emperador romano que marcó el comienzo del período imperial.
Casa de las Columnas de Soria
La Casa de las Columnas es uno de los monumentos romanos de España que merece la pena visitar.
De fácil acceso desde Madrid, la Casa de las Columnas forma parte del yacimiento arqueológico de Numancia.
Numancia era un asentamiento celtíbero ubicado a menos de diez kilómetros de lo que hoy es Soria. La fama del pueblo numantino viene de la férrea resistencia que ofrecieron a los ataques y conquista del imperio romano, llegando incluso a viajar a roma para defender su postura y negociar las condiciones con el senado romano.
Como era de esperarse, la ciudad cayó finalmente en manos romanas tras un largo asedio, pero la gesta del pueblo numantino perduró en el tiempo hasta llegar a nuestros días.
En cuando a la Casa de las Columnas podemos decir que es uno de los mejores ejemplos de residencia de esa época que puedas encontrar, ya que los restos que llegaron hasta nuestros días dan buena cuenta de lo que supo ser.
Ruinas de Acinipo
Si vas a visitar la hermosa Ronda o sus montañas circundantes, una visita obligada es Acinipo, sin duda, uno de los monumentos romanos más notables de Andalucía.
La ubicación de la ciudad, que se erigió sobre una antigua ciudad fortificada ibérica, no es casual: a casi 1000 metros sobre el nivel del mar y rodeada de tierras fértiles, la ciudad era fácil de defender y tenía todo para autoabastecerse.
Los atractivos principales de este yacimiento son el teatro, que se conserva en muy buen estado, una domus, o vivienda señorial romana, y unas termas.
Si vas a estar de viaje por Ronda, este es un monumento romano en España que no te deberías perder.
